
Kosen creció como cualquier otro niño hasta los diez años, cuando un tumor en la glándula pituitaria le provocó una enfermedad conocida como "gigantismo pituitario" que descontroló su ritmo de crecimiento.
Un técnico del Galatasaray le encontró en un pequeño pueblo en la frontera de Turquía con Irak. Medía 2,42 m (7 pies 11 pulg). Quería hacer de Kosen un jugador de baloncesto profesional con el Club Galatasaray hasta que una lesión de espalda le obligó a retirarse.
En 2010 fue intervenido quirúrgicamente para extirparle el tumor, tras lo cual su cuerpo detuvo su crecimiento incesante. Sufre de acromegalia.

También posee las manos y los pies más grandes del mundo, de 27,5 y 36,5 centímetros respectivamente.

Una "gran" complexión física que lo perjudica para encontrar pareja. Ha confesado que las mujeres "se asustan al verle" y que, por ello, nunca ha podido estar con una chica. "Espero que ahora que soy famoso pueda conocer a muchas mujeres. Me gustaría poder casarme algún día" afirmó en una ocasión. Asimismo una vez afirmó que algunas acciones habituales como entrar en un coche, hacer la compra, vestirse o dormir a pierna suelta se han convertido para él en auténticos quebraderos de cabeza debido a su extraordinario tamaño. "Lo bueno de ser tan alto es que puedo ver a la gente desde muy lejos y puedo cambiar fácilmente las bombillas y descolgar las cortinas" bromeaba una vez Kosen.




Vía: Wikipedia
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